Me la pasaba pensando en el futuro, convencida de que el trabajo ideal/el hombre ideal/el peso ideal, iban a ser la solución para poder ser más feliz en el día a día.
Mi vida andaba en piloto automático y yo, pensando que era lo correcto, me dejaba llevar diciendo que sí a un trabajo tras otro sin darme la oportunidad de pensar realmente en qué era lo que quería.